La Santería
¿Por qué se llama Santería?
La mayoría de los practicantes de la santería prefieren los términos Regla de Ocha o religión Lucumí. Originaria de África occidental, particularmente Nigeria y Benin, Regla de Ocha es una religión afrocubana. El término "Santería", de origen español, se traduce como devoción a los santos. Dentro de la tradición Lucumí, a los Orichas o deidades, a menudo se les llama santos. Esta combinación de elementos religiosos católicos y de África occidental se conoce como sincretismo religioso.
¿De dónde viene la Santería?
La santería se originó en el pueblo yoruba de África occidental y se extendió a Cuba y otras regiones a través del comercio de esclavos. En Cuba, a los esclavos yoruba se les llamaba "Lucumí". A pesar de verse obligados a convertirse al catolicismo, muchos africanos continuaron practicando sus religiones nativas junto con el catolicismo. Esto resultó en un sincretismo religioso, donde los afrocubanos mantuvieron prácticas paralelas de ambas religiones sin ver ninguna contradicción. Asistían a misas católicas y bautizaban a sus hijos mientras adoraban en los templos-casas de Lucumí, mezclando elementos como los santos católicos con Orichas, las deidades de la santería. La santería se practicó en secreto durante siglos para evitar la persecución y el estigma social, sobreviviendo a través de tradiciones orales y ceremonias de iniciación. A medida que los cubanos emigraron, extendieron la santería a varias partes del mundo, incluidos Estados Unidos, Canadá, Europa y América del Sur.
La Santería es una religión
La santería, o Regla de Ocha, a menudo es malinterpretada por los forasteros como una religión "primitiva" o "esotérica". Sin embargo, tiene su origen en el pueblo yoruba, altamente civilizado, conocido por su rica cultura y sus profundos sistemas filosóficos y éticos. La religión carece de un texto escrito unificado y se basa en tradiciones orales, incluidos patakies (historias sagradas) y proverbios, transmitidos de generación en generación. Si bien algunos conocimientos se mantienen en secreto debido a su naturaleza sagrada, la santería no es esotérica; sus principios son accesibles a millones de iniciados. Es una religión práctica enfocada en lograr la armonía con uno mismo y el mundo, enfatizando el concepto de aché, la energía espiritual que los practicantes buscan adquirir y mantener a través de un comportamiento ético y prácticas espirituales.
La noción de Dios en la Santería
Un error común sobre la santería es que es una religión politeísta que adora a muchos dioses. En realidad, reconoce un Dios supremo en el panteón Lucumí, conocido por tres nombres y representaciones: Olodumare (el Creador), Olorun (manifestado como el Sol) y Olofi (quien se comunica directamente con los Orichas). Los Orichas son intermediarios entre los humanos y Dios, dotados de energía espiritual (aché) para mantener la armonía y la rectitud. Aunque algunos Orichas alguna vez fueron humanos y obtuvieron un estatus semidivino, similar a los santos católicos, los practicantes los adoran sin colocarlos por encima de Olodumare. Santeros y Santeras identifican a su patrón Oricha a través de una ceremonia, estableciendo una relación cercana y personal con esa deidad específica.
¿Quién practica la Santería?
Con el tiempo, el idioma lucumí en Cuba evolucionó hacia un criollo influenciado por el español cubano, divergiendo del yoruba moderno. Esto se debió a la falta de educación formal entre los esclavos y la mezcla con otros grupos étnicos en Cuba. En consecuencia, la santería, tal como se practica en Cuba, difiere de la religión tradicional yoruba en África.
En Cuba, los afrodescendientes formaron comunidades muy unidas en dormitorios de esclavos, sociedades, hermandades y espacios urbanos compartidos. Practicaban su religión en casas-templo y a través de linajes y asociaciones culturales, lo que llevó al establecimiento de la Santería, también conocida como Regla de Ocha/Ifá.
La santería ha integrado ideas de varias culturas conservando sus enseñanzas ancestrales fundamentales. Atrae a personas de diversos orígenes en todo el mundo, más allá de los afrodescendientes. A pesar de evolucionar a través de la transculturación, mantiene una autenticidad arraigada en su contexto histórico y social.
La santería opera sin una autoridad central, confiando en una federación poco conectada de iles (casas del templo) y ramas (linajes), cada uno dirigido por un respetado Babalocha o Iyalocha. Estos grupos aseguran la conducción adecuada de las ceremonias y guían a los nuevos iniciados. Durante la ceremonia de itá, los iniciados reciben guía de por vida de los Orichás a través del dilogún (adivinación con concha de cauri). La discreción es clave en la santería, una tradición nacida de una necesidad histórica pero que todavía se valora hoy, incluso cuando la religión se vuelve más visible.
La santería también se está expandiendo más allá de Cuba y su diáspora, atrayendo a personas de diversos orígenes que buscan crecimiento espiritual. Los practicantes completamente iniciados utilizan herramientas sagradas de adivinación, como el obi, dilogún y epuele, para comunicarse directamente con los Orichás y resolver sus propios problemas. Esta capacidad les permite practicar la religión en cualquier lugar, asegurando su relevancia y continuidad en los tiempos modernos.
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