Orula, El Maestro Adivino

1 ene 2024
Orula
Orula, El Maestro Adivino

Orula, venerado como el maestro adivino, tiene un profundo significado en los patakís (narrativas sagradas), siendo el único Orichá al tanto del futuro de toda la humanidad y poseedor de la autoridad para moldear nuestros destinos. Durante la creación del universo por Olodumare, Orula fue el único testigo, dotándolo del conocimiento de nuestros destinos predeterminados. Él comprende el momento de nuestras muertes, asegurando la alineación con los destinos elegidos en el reino celestial. Habiendo sido testigo de nuestro inicio en el mundo, Orula nos guía hacia la felicidad, la salud, la tranquilidad y el éxito, alejándonos de los errores y hacia el camino correcto. Orula se comunica con los humanos a través de la adivinación realizada por un Babalawo, quien evita las conchas de cauri preferidas por los santeros en favor de cadenas de adivinación o nueces de cola, empleando un tablero de adivinación de madera adornado con cascarilla (polvo de cáscara de huevo) y, a veces, marcando signos sagrados en el tablero con un trozo de asta de ciervo.

La historia de cómo Orula se convirtió en adivino.

Algunos patakís relatan la existencia de Orula tanto en el cielo como en la tierra. En su encarnación terrenal, comúnmente se le considera hermano de Eleguá, Changó y Ogún, y descendiente de Obatalá y Yemú (Yembó). Cuando Ogún se deshonró al intentar tener relaciones sexuales con su propia madre, la ira de Obatalá fue tan intensa que ordenó la muerte de toda su descendencia masculina. Aquellos que eran lo suficientemente maduros, como Ogún y Eleguá, partieron de casa, pero Eleguá, siempre vigilante, permaneció vigilante de los asuntos en la residencia de Obatalá. Al nacer Changó, Eleguá previó el peligro si Obatalá descubría el sexo del niño, por lo que rápidamente lo llevó a casa de su hermana mayor, Dadá, confiándole a ella la responsabilidad de criar al bebé.

Tablero De Adivinación
Tiempo después, Orula vino al mundo, y una vez más, Eleguá se llevó apresuradamente al infante. Sin saber qué hacer, enterró al niño al pie de una ceiba, proporcionándole sustento diariamente para evitar que muriera de hambre. Con el paso del tiempo, Obatalá cayó gravemente enfermo. Al reconocer las habilidades de Changó como sanador, Eleguá lo buscó para curar a su padre enfermo. Changó realizó una recuperación milagrosa, lo que llevó a Eleguá a aprovechar la oportunidad para suplicar la misericordia de Obatalá para Orula. A petición de Eleguá, Obatalá accedió y, para conmemorar el perdón, Changó taló el árbol de Ceiba y fabricó un magnífico tablero de adivinación con su madera, impartiendo los secretos de la adivinación a Orula. Esto marcó la propiedad de Orula sobre el até (tablero de adivinación de madera) y su autoridad exclusiva para manejar el oráculo de Ifá. Así, los compañeros más cercanos de Orula pasaron a ser sus hermanos, Changó y Eleguá. Orula ocupa un lugar destacado en varios patakís, donde se le representa casado con Ochún o Yemayá. Una narración sugiere que Yemayá adquirió el arte de la adivinación (con conchas de cauri) al observar clandestinamente a Orula desde detrás de una puerta.

Características de Orula

Orula encarna la sabiduría y sirve como un sanador formidable, utilizando hierbas y raíces para aliviar dolencias. Sus colores simbólicos son el amarillo y el verde, reflejados en su eleke (collar de cuentas) compuesto por cuentas alternas de color amarillo y verde. Las personas que han recibido la protección de Orula a través de la mano de Orula o cofá de Orula usan un sencillo brazalete de cuentas amarillas y verdes en su muñeca izquierda para protegerse contra una muerte prematura. Orula posee el conocimiento del momento de muerte destinado a cada individuo, asegurando que aquellos adornados con su idé (pulsera) en su muñeca izquierda evadan la muerte prematura. También ofrece protección contra las aflicciones mentales y la locura.

En el catolicismo, Orula se sincretiza con San Francisco de Asís, celebrado el 4 de octubre. Es costumbre en este día que los ahijados de un Babalawo visiten y presenten ofrendas, como dos cocos y dos velas, como muestra de respeto a Orula. En casa, a menudo se coloca a Osún junto a Orula como guardián protector. Aquellos iniciados con cofá o mano de Orula tradicionalmente rinden homenaje formal a Orula mensualmente, típicamente durante la fase de luna nueva. Se realizan ofrendas de aceite de palma roja y miel, acompañadas del encendido de dos velas mientras se le susurran oraciones y peticiones especiales. Mientras que algunos linajes designan el domingo como el día de Orula, en otras tradiciones cada día tiene un significado para honrar a Orula.

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