Orula, El Maestro Adivino
Orula, venerado como el maestro adivino, tiene un profundo significado en los patakís (narrativas sagradas), siendo el único Orichá al tanto del futuro de toda la humanidad y poseedor de la autoridad para moldear nuestros destinos. Durante la creación del universo por Olodumare, Orula fue el único testigo, dotándolo del conocimiento de nuestros destinos predeterminados. Él comprende el momento de nuestras muertes, asegurando la alineación con los destinos elegidos en el reino celestial. Habiendo sido testigo de nuestro inicio en el mundo, Orula nos guía hacia la felicidad, la salud, la tranquilidad y el éxito, alejándonos de los errores y hacia el camino correcto. Orula se comunica con los humanos a través de la adivinación realizada por un Babalawo, quien evita las conchas de cauri preferidas por los santeros en favor de cadenas de adivinación o nueces de cola, empleando un tablero de adivinación de madera adornado con cascarilla (polvo de cáscara de huevo) y, a veces, marcando signos sagrados en el tablero con un trozo de asta de ciervo.
Características de Orula
En el catolicismo, Orula se sincretiza con San Francisco de Asís, celebrado el 4 de octubre. Es costumbre en este día que los ahijados de un Babalawo visiten y presenten ofrendas, como dos cocos y dos velas, como muestra de respeto a Orula. En casa, a menudo se coloca a Osún junto a Orula como guardián protector. Aquellos iniciados con cofá o mano de Orula tradicionalmente rinden homenaje formal a Orula mensualmente, típicamente durante la fase de luna nueva. Se realizan ofrendas de aceite de palma roja y miel, acompañadas del encendido de dos velas mientras se le susurran oraciones y peticiones especiales. Mientras que algunos linajes designan el domingo como el día de Orula, en otras tradiciones cada día tiene un significado para honrar a Orula.
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