¿QUIÉN ES ELEGUA?

Eleguá es un Oricha representado como un niño o un anciano, que simboliza el principio y el final de la vida y la apertura y el cierre de los caminos de la vida. Conocido como un embaucador, le gusta hacer bromas y le encantan los dulces y los juguetes. A pesar de su carácter juguetón, es un Oricha poderoso y uno de los Guerreros, junto con Ogún, Ochosi y Osun. Eleguá siempre es invocado primero en cualquier ceremonia, ya que controla las puertas de comunicación con los demás Orichas. 

Los colores de Eleguá son el rojo y el negro, y su número es el 3 o cualquier múltiplo de 3. Su día de la semana es el lunes y el tercer día de cada mes. En Cuba sus festividades son el 6 de enero y el 13 de junio, muchas veces celebradas con fiesta. En el catolicismo, Eleguá se asocia con el Niño Jesús de Atocha, San Antonio de Padua y el Anima Sola (alma en el Purgatorio). Eleguá también es buen amigo de Ochún

A Eleguá le gustan los elementos asociados al juego infantil, como cometas, silbatos, pelotas y soldaditos de juguete, además de llaves, monedas de plata, un cayado de pastor y un sombrero de paja. Viste de rojo y negro, a menudo con pantalones hasta la rodilla de estilo colonial español, y usa un pañuelo rojo, gorra o sombrero de paja. Cuando baila, es juguetón y busca la atención de los demás..

Además de los dulces, a Eleguá le gustan los cigarros, el maíz tostado, los cocos, el aguardiente, el vino blanco para cocinar, la carne de jutía ahumada, el pescado ahumado y el aceite de palma rojo. Los lunes deberían ofrecerle algo que le guste como homenaje.

A través de la adivinación con un Santero o Babalawo, un practicante puede descubrir la necesidad de recibir a Eleguá, a veces solo o con los otros guerreros. En una ceremonia especial se prepara y carga una piedra que representa a Eleguá con el aché del Oricha, generalmente formando una cabeza con ojos y boca de cauri. Esta piedra reside en un recipiente de arcilla poco profundo, normalmente detrás de la puerta. Recibir a Eleguá y a los demás guerreros significa ser "medio asentados", lo que marca un compromiso serio con la religión pero sin plenos deberes sacerdotales.

El collar de cuentas de Eleguá, el eleke, alterna cuentas rojas y negras, simbolizando la vida y la muerte, la guerra y la paz, y el principio y el fin de todas las cosas. Conocido como el Señor de las Encrucijadas, Eleguá influye en cada decisión, allanando caminos o creando obstáculos. Mantener buenas relaciones con Eleguá es crucial para los practicantes, ya que nada es posible sin él.

Eshu y Eleguá son entidades estrechamente relacionadas pero distintas, como dos caras de una misma moneda. Eshu es visto como la sombra o reflejo de Eleguá, siendo más salvaje e impredecible. Mientras los Santeros mantienen a Eleguá dentro de la casa, generalmente detrás de la puerta, Eshu vive afuera, muchas veces en el jardín o cerca de la puerta principal. Los trucos de Eshu pueden ser dañinos y a veces se le etiqueta erróneamente como el diablo, aunque la Santería no tiene diablo. Eshu es poderoso y puede calmarse con la comida, a menudo con restos de la mesa colocados afuera. A diferencia de Eleguá, nadie en la Santería es coronado con Eshu, y no hay elekes para Eshu. Eshu y Eleguá son metafóricamente opuestos, representan lo negativo y lo positivo, la oscuridad y la luz, trabajando juntos para crear equilibrio. Eshu es menos civilizado en comparación con otros Orichás y, en muchos ilés, se le considera parte de Eleguá en lugar de un Orichá separado. Comprender a Eleguá implica inherentemente comprender a Eshu, ya que son integrales entre sí, al igual que el día y la noche.